Revelacion de un mundo.
(p. 11)
La actitud debe ser: no se pierde por esperar, no se pierde por no entender.
(p. 24)
Y el amor, en vez de darse, se exige. Y quienes nos quieren desean que seamos eso que ellos necesitan.
(p. 40)
Quiero ser anónima e íntima. Quiero hablar sin hablar, de ser posible.
(p. 54)
Hay un gran silencio dentro de mí. Y ese silencio ha sido la fuente de mis palabras. Y del silencio ha llegado lo que es más precioso que todo: el propio silencio.
(p. 75)
Amo a quien tiene paciencia para esperar por mí y por mi voz.
(p. 76)
Duele mucho tener un amor impotente. Sigo no obstante esperando.
(p. 96)
Pido humildemente permiso para existir, imploro humildemente una alegría, una acción de gracias, pido que me permitan vivir con menos sufrimiento, pido para no ser tan puesta a prueba por las experiencias ásperas, pido a hombres y mujeres que me consideren un ser humano digno de algún amor y algún respeto. Pido la bendición de la vida.
(p. 131)
Me quedo perpleja como una criatura al ver que incluso en el amor hay que tener sentido común y noción de la medida.
(p. 164)
Naranja en la mesa.  Bendito el árbol que te parió.
(p. 210)
La oración profunda no es aquella que pide, la oración más profunda es la que ya no pide.
El peso del mundo.
(p. 18)
Mirar el cielo, ahí pasan las nubes, y pensar: “No, nunca voy a suicidarme”
(p. 24)
Oler el pan, la ginebra, plegar el papel… esa es la salvación
(p. 25)
Vitalidad: una mirada basta
(p. 54)
Estar sentado frente a alguien, con la nueva y vieja idea de que lo más natural sería estar juntos y que es totalmente incomprensible estar sentados así, de a dos, cada uno por su lado
(p. 64)
Como si todo lo bello sólo hubiera surgido a causa de una mujer soñada
(p. 95)
Adoptar movimientos lentos para toda la vida
(p. 142)
La agradable sensación de no tener que hablar, de dejar que pase el silencio general, mirando el mar u otra cosa, o incluso nada
(p. 184)
Lo ridículo de la sexualidad: usar técnicas
(p. 283)
Después de leer una hermosa carta, sentir el “fuerte abrazo” como un fuerte abrazo
Bresson por Bresson : entrevistas (1943-1983).

(p. 34)
“Toda palabra ociosa te será contabilizada”, dicen las Escrituras.
(p. 63)
“El alma ama la mano”. 
(p. 80)
Desgraciadamente nuestra época es un poco una escuela de desatención. Quiero decir que se nos enseña -la radio, las revistas, la televisión- a mirar sin ver y a oír sin escuchar. 
(p. 87)
El amor no se expresa siempre por medio de un torrente de palabras. A veces es incluso mudo.
(p. 103)
Creo que nos comunicamos a través de las miradas. Hay un párrafo en Proust sobre las miradas que es admirable. Creo que denomina a las miradas elásticos o hilos que nos unen unos con otros. Pienso que la mirada lo es todo. 
(p. 154)
Y pienso en otro hecho: es también a través de la intuición como se descubre a una persona. En todo caso, a través de la intuición más que de la reflexión. 
(p. 184)
Lo que me interesa no es lo que muestran sino lo que ocultan. 
(p. 229)
Creo en el amor. Incluso puedo decir que no creo sino en el amor. No solamente en el amor hacia las personas, sino también hacia las cosas. El amor lleva a comprender: uno se comprende a través del amor. 
(p. 233)
“Estoy aquí, la otra está afuera y el silencio es terrible”. 
(p. 261)
Una de las características de nuestra época es no prestar atención.
(p. 287)
También habría que hablar de la mecanización siniestra de la vida.
El acto de ver : textos y conversaciones.

(p. 21)
Hay muy poca gente dispuesta a querer descubrir por sí misma.
(p. 29)
Hablo de las que tienen un alma, en las que se nota un centro, las que irradian una identidad.
(p. 163)
Cada vez más, la gente se limita a “llegar” a un sitio y no a viajar a ese sitio.
(p. 176)
“Identidad”: lo que limita el miedo y vence al temor al vacío. Falta de identidad: cuando se abren abismos de miedo y angustia. Pérdida de identidad: desesperación y muerte.